Afuera hay gente de cristal
Sensibles seres de piel quebradiza
Que hierven sus corazones pues sus pechos
fungen como lupas bajo las llamas del dolor
Y destruyen sus coyunturas tratando de
abrir un mundo de abrazos
Personas que una vez fueron fuertes cual
hierro y flexibles como cáñamo
Se tornado delicadas cual almas cosidas en
seda
Rígidas, quebradizas vidas de hojarasca se
derrumban en cualquier momento
Ten cuidado, por tanto, al acercarte
Cuida tus pasos y no lances piedras con tu
boca
Porque en ocasiones los verbos son balas
Y proyectiles las ideas
De modo que, una palabra mal puesta
Una intención leída equívocamente
Y un microcosmos se derrumbaría ante tus
ojos
Derritiéndose bajo el intenso calor del
odio
Además, cuida tus oídos
En ocasiones el cristal ha de crujir bajo
sus pies
Pero sobre todo cuídate, tu impulso será
abrazar a estos guerreros de vidrio
Y al hacerlo sus brazos astillados pueden
cortarte
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